Distancia: 73 km. Desnivel: 600-700 m. No hacer caso del que da en el enlace de abajo en wikiloc. porque ignora los túneles y coge el relieve de la ruta literalmente for fuera del túnel.
El domingo 3 de febrero la ruta
que hicimos fue la vía verde del Plazaola. Ese camino coge el nombre del
antiguo tren de vía estrecha inaugurado en el año 1904 y originalmente
concebido para transportar el hierro de las minas de Bizkotx (en Plazaola) a
Andoain dando a luz a las decenas de ferrerías del valle de Leizaran. Pronto las
minas de hierro dejaron de ser rentables y se proyectó la ampliación del
trazado comunicando Lasarte con Pamplona, trayecto que se inauguraría 10 años más
tarde, en 1914. Pero la vida de este tren duraría más bien poco debido otras
alternativas de transporte más cómodas pero sobretodo a las lluvias
torrenciales de 1953, que destruyeron varios puentes y muros de contención del
trayecto. Tras varios intentos por reconstruirlo, quedó su uso confinado al transporte
de madera entre Olloki y Andoain y en septiembre de 1958 la compañía obtuvo el
permiso para levantar las vías y cerrar definitivamente la línea.
Desacostumbradamente, hemos sido sólo
seis los madrugadores para esta ruta. Edu, Iñaki, Ivan y yo nos tomamos un café
a eso de las 7:15 y un poco más tarde nos reunimos con Alfonso y David. Montamos
las bicis en coche y furgo y salimos camino de Andoain donde aparcamos en un descampado
pelín descuidado que según Iñaki quedaba detrás de la Iglesia. Allí nos pusimos
“guapos” para la ruta y salimos disparados hacia Plazaola. Me imagino que en primavera y otoño este
recorrido tiene que ser espectacular, porque en un día frío de febrero lo era. Pero
como me da vergüenza ponerme cursi voy a robar unas palabras que he recogido de
internet y que describen el camino: “Es como un largo centro de interpretación
de la naturaleza que, a veces, deja la roca al descubierto para que
podamos hurgar en la historia de la tierra; penetra por bosques milenarios,
para que podamos gozar de la umbría y escuchar en silencio el canto de los pájaros; salta sobre ríos,
hermosos y jóvenes, salvando el tiempo que fluye como el agua; constituye
estupendos miradores entre el cielo y la tierra, y contempla la historia de la
explotación racional de los recursos que ofrece la Naturaleza a su paso entre
prados donde pasta el ganado o restos de explotaciones forestales y mineras.”
La vía son unos 37,5 km, sin
redondeos, no vaya a ser que David se mosquee, llegando hasta después de
atravesar el largo túnel de Uitzi de 2,7 km. Una vez pasado el túnel, se sale a
la carretera NA-1700 y desde allí quedarían 4,5 km a lekumberri pero como era
por asfalto nos dimos la vuelta. El desnivel hasta este punto es de 600m.
Partiendo de los 65m de Andoain hasta los 665 m de la estación de Uitzi. La
pendiente media por lo tanto queda inferior al 2%, es decir, muy suave. A veces
la pendiente se incrementa un pelín y a veces es más llaneo. Yo creo que es un
buen recorrido para el comienzo de temporada, es decir, para trabajar el aeróbico
básico. Ojo, quiero llamar la atención de los 16 túneles que hay. La mayoría
son muy cortos pero hay alguno largo y no muy iluminados, así que es
imprescindible llevar foco. De nosotros sólo Edu se acordó de traer foco.
Gracias Edu!
Otro tema a tener en cuenta fue
el agua. Hay que tener en cuenta en la época del año que estás. El día que
fuimos era 3 de febrero, así que, aunque no llueva ese día, sí que había muchas
balsas de agua sobretodo dentro de los túneles. Así que, sin unas buenas botas
de goretex, sin guardabarros y haciendo el gañán terminarás, como fue mi caso,
con los pies, piernas completamente calados. No me gusta llevar guardabarros
pero para esta ruta, si tienes y es época de lluvias, llévatelo sin dudarlo.
Imagina la situación ya en el fin
del trayecto de ida. A 4,5 km de Lekumberri (665 m), una increíble estampa de
paisaje nevado, pero con bastante frío y los pies, piernas y espalda calados.
Aunque no teníamos opciones de llegar a las 13:00 para ducharnos en un sitio
apalabrado por Ivan -serían las 12:40- iniciamos el descenso a toda leche. Hay
que tener en cuenta que a una buena media de 25 kms, queda todavía hora y media
bajando. Acuciado por el frío intenté tirar del grupo y Edu se animó, el
también tenía los pies mojados. Cosa buena porque él llevaba las llaves del
coche con la ropa seca. En esa bajada eché mucho de menos la 29er porque Edu me
llevó con la lengua fuera esquivando y saltando baches. Con la 29er habría
bajado más rápido. A los 15 km de llegar (más o menos) apareció Alfonso de la
nada pegando saltos entre charcos e incrementamos un pelín el ritmo. En toda la
bajada sólo paramos para hacernos una foto con un burro, al que no parecía
hacerle mucha gracia posar con nosotros y siguió de largo. Yo tampoco tenía
ganas de sacar fotos, sólo pensaba en cambiarme de ropa. Una vez abajo, nos
despelotamos en el parking, nos pusimos ropa seca y no tardaron en llegar Ivan,
David e Iñaki. Metimos las bicis en la furgo y fuimos al bar Zabala donde nos
esperó un menú espectacular. Qué bien sientan las alubias calentitas después de
tener los huesos helados. Alubias que hicieron rápido efecto a David en el
viaje de vuelta… pero esta es otra historia y debe ser contada en otra
ocasión….
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